Fuentes de Dióxido de carbono (CO2) en el hogar

El dióxido de carbono o CO2, es un gas inodoro e incoloro que está a nuestro alrededor. Los respiramos diariamente sin notas ningún efecto perjudicial. Sin embargo, cuando la cantidad es suficientemente elevada, por encima de 1.000 ppm, el CO2 puede reducir nuestra concentración y capacidad mental. A niveles más elevados, en torno a 2.000 – 2.500 ppm, el CO2 puede provocar sueño y cansancio, ralentizar el cerebro e incluso provocar un ligero dolor de cabeza. La exposición a niveles superiores a 4.000 ppm puede ser incluso peligroso para nuestra salud.

fuentes de CO2 en el hogar
fuentes de CO2 en el hogar

Algunas fuentes de dióxido de carbono no son difíciles de detectar.

Estas son algunas de ellas:

Nuestro propio cuerpo

Nuestro propio cuerpo es quizás la fuente más importante de dióxido de carbono en los interiores. Cada vez que respiramos, nuestro cuerpo utiliza oxígeno y produce dióxido de carbono. El aire que exhalamos tiene una concentración de dióxido de carbono mucho mayor que el aire que nos rodea lo que provoca que al mezclarse con el aire de una habitación cerrada, el nivel general de CO2 comience a aumentar. Este proceso se acelera cuando hay varias personas en una misma habitación durante un tiempo prolongado. Por esta razón, lugares como las aulas de los colegios y las salas de reuniones de las oficinas son muy susceptibles a la acumulación de CO2.

Para evitar que esto ocurra, hay que asegurarse de que el dióxido de carbono que nuestro cuerpo va liberando tenga un lugar por el que pueda salir. Abrir una ventana permitirá que el CO2 salga de la habitación e incluso abrir la puerta ayudará a facilitar esta ventilación. A largo plazo, deberíamos realmente asegurarnos de que el sistema de ventilación funcione correctamente y aumente el flujo de aire exterior en el edificio para reducir los niveles de CO2 causados por la respiración.

Cigarrillos y el tabaco en casa

Una calada a un cigarrillo libera, además humo, sustancias químicas al aire. Cuando se fuma, en el cigarrillo se está produciendo una reacción de combustión y cuya actividad también produce dióxido de carbono. En un espacio cerrado, este humo contribuye a reducir la concentración de oxígeno del aire. Junto a este proceso, el CO2 cambia aún más la composición de su aire y dificulta la respiración.

humo tabaco co2
humo tabaco co2

Para reducir el impacto del CO2 procedente del tabaco, hay que procurar que el fumar se haga fuera, en el exterior, o que se abra las ventanas para mantener la habitación ventilada.

La cocina y la chimenea

Cualquier llama encendida en una casa produce dióxido de carbono. El fuego es en realidad una reacción química que utiliza oxígeno y crea dióxido de carbono como resultado. Tener una llama encendida en casa no sólo añadirá CO2 sino que también consumirá oxígeno en el proceso. El equilibrio del aire cambiará y se volverá más difícil de respirar mientras la llama siga encendida.

Las llamas encendidas más habituales en nuestra casa son las estufas de gas o madera, las chimeneas y las velas. Usar una campana extractora adecuada para la estufa de gas ayudará a minimizar el impacto que tiene sobre su salud. Del mismo modo, limitar el uso de chimeneas y velas en el interior de la casa ayudará a mantener el aire más equilibrado. En todos los casos, el abrir una ventana para liberar el CO2 ayudará a prevenir una peligrosa acumulación de este gas.

El suelo bajo la casa

En algunos casos, el propio suelo bajo la casa puede liberar cantidades de CO2 que podrían llegar a ser peligrosas. A medida que la materia orgánica se descompone, libera CO2 aunque la mayor parte de este CO2 se mezclará con el aire exterior y se dispersará en la atmósfera. Sin embargo, una parte puede filtrarse al interior de la casa (por ejemplo, a través del sótano). Esto también depende del uso que se hizo del terreno antes de construir la casa. Una mina abandonada, vertederos o algunas cuevas son fuentes potenciales que podrían llegar liberar CO2 en el interior de la casa.

Este problema se puede dar especialmente en casas construidas en el campo, especialmente en zonas que solían ser tierras de cultivo o explotaciones mineras. Si nuestra casa está construida en terrenos con estas actividades previas, sería interesante medir el nivel de CO2 en la casa. Si la casa tuviera niveles peligrosos de CO2, puede que la de los vecinos le ocurra algo similar. El sellado de grietas y la actualización del sistema de ventilación ayudan a minimizar los efectos del CO2 del suelo.